El denominado «incendio Madre», el mayor incendio forestal del año en California, ha arrasado ya más de 28,300 hectáreas. El fuego se desató el miércoles en una zona montañosa del bosque nacional Los Padres, en el condado de San Luis Obispo, aproximadamente a 350 kilómetros al norte de Los Ángeles. Cerca de 200 personas han recibido órdenes de evacuación, y decenas de viviendas se encuentran en riesgo debido al avance de las llamas.
Más de 600 bomberos y 40 vehículos han sido movilizados para combatir el incendio, según la última actualización de Cal Fire. El gobernador de California, Gavin Newsom, reportó en X que «en las últimas 24 horas, se declararon 15 nuevos incendios en terrenos federales». La situación es particularmente preocupante dado que California aún se recupera de los incendios que devastaron Los Ángeles y causaron 30 muertes en enero.
Expertos como Daniel Swain de la UCLA advierten que, tras un invierno y primavera anormalmente secos en el sur de California, la vegetación ya presenta condiciones de mediados de verano. Esto, sumado a las previsiones de un calor más intenso para agosto y octubre, «influirá considerablemente en las condiciones de los incendios a finales de esta temporada». Esta preocupación se agrava con los importantes recortes y despidos aplicados por el presidente Trump en agencias federales dedicadas a la prevención y lucha contra incendios.